miércoles, 16 de diciembre de 2009

La vocación en los sueños

A pesar de la crisis, de la incertidumbre con respecto al futuro, el miedo a quedar excluido del mundo laboral, la economía cambiante y muchos otros factores más, los argentinos seguimos soñando, proyectando, fantaseando y contruyendo un proyecto futuro de vida.

Muchos sueños quedan en la fantasía mientras otros pasan a ser concretados. Sería bueno preguntarnos -aprovechando el fin de año y la introspección y al autoanálisis que este hito genera- si efectivamente estamos caminando hacia nuestro horizonte, hacia nuestras metas, hacia aquello en lo que buscamos convertirnos gradualmente. El día a día no deja mucho lugar a la reflexión y mientras tanto los días pasan y nuestros sueños se van alejando más y más.

Este video es una muestra representativa de los deseos y los proyectos de los ciudadanos de entre 20 y 40 años aproximadamente, quienes se visualizan con más trabajo, más compromisos, más exitosos, con más viajes y más expectativas. Los sueños muchas veces pueden ser orientadores, al igual que los intereses. Pero una pregunta importante a hacerse es qué me falta para acceder a eso que ansío. Una de las mayores dificultades -que además angustian y nos hacen sentir desmotivados- es que mantenemos el foco en el logro y no en los medios y en el esfuerzo que hay que invertir para conseguirlo.

Es frecuente escuchar a jóvenes que a sus 17 o 18 años se proyectan como Gerentes o dueños de un egocio propio, sin percatarse del camino que implica llegar a esa posición. Es cierto que la sociedad "empuja" y nos "arrea" a pensar o a sentir cosas que ella misma quiere que deseemos. Por eso es más que importante pensar-se a si mismo, contactarse con los propios sueños, intereses y valores, y también visualizar el estilo de vida que implica aquello a lo que aspiramos.

Es imprescindible tener un horizonte hacia el cual dirigirnos. Siempre vamos a caminar hacia él pero nunca llegaremos a ese lugar.